El sonido de El Silencio


Por: Maicol Giraldo
Una mañana un poco soleada nos dirigimos hacía la montaña El Silencio. En el camino redondeaba la soledad, caminos llenos de suspenso y  terror por tantas leyendas plasmadas en las rocas a veces olvidadas por los   habitantes  del corregimiento. Pero hoy ¡el día esperado! decidimos revivir estas historias para que no queden plasmadas en el ayer. Así comienza esta historia. Eran caminos perturbados, difíciles de caminar, abundantes en piedra y lodo; solo se alcanzaban a escuchar los gemidos de la naturaleza, nuestros pasos y suspiros profundos salientes del corazón. Anonadados por el cansancio; cada vez  era más difícil llegar a la cima de la montaña, como el túnel al que se le ve  la luz y  no  se  llega   allí.

En el camino tomábamos fotos  a  lo  que  llamaba nuestra atención. Como   a  un   cuarto del camino donde todo parecía normal, nuestros pasos se detuvieron, llegamos a  una acogedora finca, un lugar tranquilo, era como estar en casa, un lugar donde se escondían muchas historias, allí se encontraba  un   hombre,  con atuendo de épocas atrases, una vestimenta de campesino, nos contó terrorosas leyendas, donde el suspenso era la fase primordial; historias como la de la gallina de oro y los tres pollitos que siempre iban detrás, siempre se aparecían en los días santos sobre la laguna de El Silencio mostrando un entierro por descubrir, pero solo este se le revelaba  a las personas limpias de corazón y sin envidias; también estuvieron las  brujas  como protagonistas donde la historia dice  que  aparecen de  noche con carcajadas macabras y muy  fuertes que asustan a los campesinos y muchas otras crónicas olvidadas por los susurros del viento, esperando el tic tac del reloj para salir de nuevo a  la  luz pública. 

De allí salimos con la ilusión de conocer la famosa “Laguna de El Silencio”, pero el camino se hacía cada vez más difícil, cuando por fin llegamos al portón de la entrada, a la cima de El Silencio surgió en nuestros rostros una  agradable sonrisa, ya  llegando a  la  cima  nos  sentamos a observar el paisaje aunque con la vista opaca por causa de la neblina, ¡era una vista hermosa¡, luego disfrutamos de acercarnos a la laguna, aunque fue  un poco triste porque  ya se encontraba seca, nos la imaginábamos  llena de agua, una laguna tenebrosa, pero no fue así. Además conocimos una casa que fue derribada por  una   granada, que recalcaba los rastros de la absurda guerra. Observamos muchos lugares de donde  salieron tantos mitos y leyendas escondidos y que están tan solo en las mentes de nuestros ancestros.


Después de haber conocido el lugar en el cual solo se escuchaba un ruido silencioso, quisimos captar los sonidos de dicha montaña y  lo hicimos  aunque fue difícil capturar algún sonido en tanto silencio. Cuando ya terminamos y nos dirigíamos por ese camino tenebroso, el cual se  hacía más difícil de bajada por tanta humedad, en las piedras plantadas en el suelo apareció de la nada  preguntas llenas de miedo por la leyenda del duende, ¿Qué  sucedería si el duende decidiera jugarnos una mala pasada, escondiéndonos el camino, solo por divertirse; como sería el terror al sentirnos atrapado en la montaña  silenciosa de El Silencio sin encontrar salida? Bueno gracias a  los de arribana solo fueron preguntas que se  llevó el viento.

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